20070729

Determinismo vs. libre albedrío: la consciencia de ser un personaje de cómic

Ya que estamos de vacaciones, dejo por aquí un artículo más largo, con muchos dibujitos pero sin música, que colgué en un sitio perdido de Internet hará un año más o menos. ¡Feliz verano!

¿Saben los personajes de cómic lo que son realmente, que sus aventuras y desventuras son los designios de un guionista o dibujante a veces inspirados y otras, no tanto? En los tebeos de humor este ejercicio filosófico de los protagonistas está supeditado al gag y al guiño cómplice con el lector. En las historias realistas no de humor es más difícil de encontrarlo pues esa pregunta, esa duda de que lo que está viviendo el protagonista es real o es un tebeo, se consideraría cómico (nadie en su sano juicio se pregunta si su vida es un cómic) y falto de realismo (que es precisamente lo que se busca) por lo que encaminarlo a unos derroteros metafísicos sería una ardua tarea (véase el final de "Fábula de Venecia" de Corto Maltés).

NOTA: Muchas de las imágenes de este artículo se pueden ampliar. Pincha sobre ellas para verlas más grandes.

Antecedentes

Revisemos algunas series populares para tantear cómo se plantea el tema de lo que vendremos a denominar la "consciencia cómica" en los personajes de tebeos.En las series de Escobar los personajes tienen asumida su codición de seres de tinta. Saben que sus acciones están siendo dirigidas pero no tienen más remedio que representar su papel. Los protagonistas son considerados como una especie actores de cine por otros personajes (piénsese en el envidioso Peloto, que quiere una revista propia, y que rabia al ver a Zipi y Zape firmando autógrafos).

Benito Boniato se enfrenta a uno de los Fresno's en "Superhéroe del cómic" exigiendo papeles más airosos. Si a "papá Escobar" sus personajes iban a verle a casa y llamaban al timbre, es curioso ver cómo el estudiante de bachillerato no sólo se salta las reglas del cómic sino que salta DEL propio cómic, de la página en proceso de dibujo al tablero para hablar con su creador.

En Mortadelo y Filemón no se suele hacer uso de este recurso. Ibáñez se limita a aparecer como narrador en las introducciones o como un personaje más (ver "Rapto tremendo") pero no ejerce un poder absoluto sobre sus creaciones. Parece un "dios" que les dio a luz y les dejó después a su libre albedrío. Los "hijos de su intelecto" reconocen al dibujante como su "papá" pero no tiene ya influencia sobre ellos. Tampoco suelen hablar directamente al lector: teniendo siempre una pareja que le dé la réplica no es necesario hacerlo.

En Superlópez se da también este aspecto de una forma sutil, limitándose generalmente al gag de una viñeta, un guiño al lector, sin hacer de ello el leit-motiv de una historieta (exceptuando la famosa "El fantasma del Museo del Prado" o "Los Petisos" con contínuas referencias externas a la historieta).

Un caso muy extraño, completamente atípico en cómics Disney donde dibujantes y guionistas suelen quedar totalmente en la sombra, es la historieta "Miki en líos" ("Topolino nei guai") publicada en Don Miki nº433 en la que con la excusa de universos paralelos, el dibujante (componente del equipo Staff di IF) y el guionista (Manlio Bonati) se las hacen pasar canutas a Miki en una realidad alternativa en la que es un criminal. Y nuestro mundo no deja de ser otra realidad alternativa más.


Consciencia "Cómica"

La consciencia de ser un personaje de tebeo se adquiriría gradualmente a través de varias escalas:

  1. El personaje se siente observado.

  2. El personaje es consciente de que sus acciones están dirigidas.

  3. El personaje adquiere consciencia del medio.

Llegar a C implica que el personaje ha descubierto que el observador (en A) es el lector, que quien le controla (en B) es el dibujante y que su universo (en C) tiene unas determinadas características (se compone de viñetas, páginas, se habla con bocadillos, se sigue un guión, etc.)

No es habitual encontrar personajes en los grados A o B de la escala. Lo normal suele ser que, en caso de que el personaje tenga algún grado de consciencia sobre su naturaleza, ésta esté en la escala más alta.

Habría que hacer aquí un inciso para no confundir con esta consciencia de los personajes con el metalenguaje o la existencia de varios niveles de narración en un momento dado. En adelante utilizaré ejemplos sacados de la serie "Superlópez", de JAN, que para bien o para mal es la que mejor conozco.

"Aventuras de Superlópez: Contra Luz Luminosa" p.7
Ésta es la historieta de un niño que está leyendo una historieta. El narrador y el niño hablan entre sí pero no le hablan al lector real.


"Los Cabecicubos" pp.2 y 3
La viñeta "censurada" nos narra las repercusiones que el asesinato del personaje tuvo en la redacción de la editorial pero no hace ninguna referencia al grado de consciencia de los personajes.


"La banda del dragón despeinado" pp.10 y 11
Del mismo modo, los japoneses siguen sin saber si están "hablando" en japonés o en castellano.

Las formas en que se manifiesta esta consciencia pueden englobarse en los siguientes epígrafes:

1. Tener consciencia de la existencia del lector.

1.1 Hablar de los lectores con otros personajes.

Los personajes o algún personaje puede tener consciencia de ser observado, de que su vida y "aventuras" son conocidas por otras personas externas a su universo e incluso considerar una obligación que esas peripecias sean amenas y entretenidas para ese público invisible.

"Los Petisos Carambanales" p.30
Quizá piensa más en sí mismo que en los lectores pero aun así sabe que existen y les están viendo.

1.2 Hablar al lector o lectores directamente.

Un paso más es que, además de tener consciencia de ser observado, desee comunicarse directamente con ese ente observador asumiendo, en ocasiones, que esa comunicación puede ser bidireccional y esperando, por tanto, respuesta de éste. En ciertos casos se supone que el personaje "ve" al (para él gigantesco) lector que sostiene el tebeo en sus manos.

"Los Alienígenas" p.42
Guiño cómplice al lector.


"La Semana Más Larga..." p.62
Reproche cómplice al lector. Por medios desconocidos el personaje es capaz de recibir las impresiones que el lector tiene respecto a su historieta.


"Los Petisos Carambanales" p.0
El lector es capaz de "introducirse" en el tebeo. Para las proporciones del plano general es un gigante.


"Periplo Búlgaro" pp.28 y 29
A pesar de todo, un personaje nunca expone toda su vida a la mirada pública y desea un mínimo de intimidad.


"El Castillo De Arena" pp.1 y 2
En ausencia de narrador y a falta de un personaje que le dé réplica, Superlópez cuenta los sucesos pasados directamente al lector.

2. Tener consciencia de la existencia del dibujante.

2.1 Hablar del dibujante.

Habitualmente se utiliza como recurso cómico, poniendo en duda sus habilidades o haciéndole culpable de sus desdichas de la misma forma en que nosotros exclamamos: "Dios Mío, ¿qué he hecho yo para merecer esto?".

"La Caja De Pandora" p.23
Superlópez sabe que JAN le ha puesto en esa situación pero no puede hacer nada por escapar de ella.


"Un Camello Subió Al Tranvía en Grenoble Y El Tranvía Le Está Mordiendo La Pierna" p.2
Los personajes actúan de críticos de sus propias historietas.

2.2 Hablar con el dibujante.

Como ya vimos en el caso del lector, el personaje puede tener la capacidad de comunicarse bidireccionalmente con su creador. No habría que incluir en este apartado las apariciones del dibujante como otro personaje más, sin ninguna atribución superior, e incluso sin que los personajes sepan que él les da vida.

2.2.1 Al mismo nivel

El dibujante puede "encarnarse" en un personaje para que sus criaturas hablen de tú a tú con él. En esta forma el dibujante está a la misma altura de los personajes y no suele tener el poder de cambiar la historia (más bien, la historieta).

"El Fantasma Del Museo Del Prado" p.8
"Proyectándose" en el mundo de sus personajes, el dibujante habla con ellos pero no tiene ninguna influencia directa e inmediata bajo ese avatar.

2.2.2 En dos niveles

El dibujante está fuera de su propia historia. Es capaz de comunicarse con los personajes pero siempre desde una posición privilegiada en la que puede hacer y deshacer a su antojo.

"Aventuras De Superlópez: La Pesadilla Atómica" p.6
A veces el guión no basta para que los personajes obedezcan y hay que recurrir a métodos más directos.


"Al Centro De La Tierra" p.11
Personaje y dibujante, que en este caso actúa de narrador, discuten sobre la acción.

3. Tener consciencia del medio en que vive.

3.1 Hacer alusión al medio.

El personaje conoce el medio en que se desenvuelve, sus leyes y así hace alusión a viñetas, historietas, páginas, persistencia en el tiempo (Zipi y Zape no envejecen y lo tienen asumido), etc.

"La Semana Más Larga..." p.9
Se considera la historieta como una acotación temporal y espacial en la que se espera que los personajes se comporten de acuerdo a unos patrones preestablecidos, cual representación de teatro.


"La Semana Más Larga..." p.11
El capítulo o la historieta como ubicación espacial y no como unidad de tiempo.


"La Gran Superproducción" p.3
La que quiera saber, que se compre un tebeo.


"La Gran Superproducción" p.62
Frase más apropiada que "la vida es una película" para unos personajes de idem.


"Los Ladrones De Ozono" p.21
¿Cuánto dura una página en el universo de papel?

3.2 El personaje conoce las leyes de su universo... ¡y sabe saltárselas!

No sólo conoce la "física" de su mundo y predecirla sino que también puede alterar esas leyes escribiendo en los bocadillos, comiéndoselos, rompiendo los bordes de las viñetas, saliéndose de ellas...

"El Señor De Los Chupetes" p.7
El propio personaje decide romper el guión del dibujante y pasar directamente a otra escena.

Conclusión

La consciencia que demuestran los personajes de cómic sobre su condición sólo sale a la luz (como es lógico) cuando sirve a los propósitos de la narración. En el caso de los cómics de humor, esto es cuando se utiliza para producir un gag o situación cómica y sin ánimo de continuidad: un personaje puede saber nadar en una historieta y en la siguiente no porque así lo requiere el guión, también en una historieta puede conocer su condición de personaje de tebeo y en otra comportarse como si no lo supiera.


¿Qué es una historieta para un personaje de cómic? Si no tiene consciencia de estar dentro de un cómic, es la vida misma, sin más ni menos posibilidades que nosotros mismos en el mundo real. Si tiene consciencia de ser un personaje de cómic, en unos casos es una representación teatral a la que está obligado (Mafrune, personaje que indistintamente Cera y Ramis suelen utilizar, no siempre interpreta el mismo papel: puede ser comisario, directivo de una discográfica...). Lo habitual es que simplemente haga alguna alusión a que está representando una comedia pero en ocasiones el actor se quita la máscara, se rebela contra el guión y nos ofrece su propia cara, ajena a la historia, pudiendo saltarse normas inquebrantables (separación de viñetas o incluso las páginas, reescribir los textos, utilizar en beneficio propio el conocimiento del guión...).

El Asesino de PersonajesEn otros casos no existe tal representación: no hay salida posible y todo depende de lo que el dibujante tenga a bien (o a mal) hacer con ellos. Están en el baile y hay que bailar, pueden hacerse las preguntas que quieran y quejarse cuanto les venga en gana pero las decisiones están tomadas y seguirán el guión.

El problema es que ambos puntos de vista, el de libre albedrío y el determinista, suelen mezclarse incluso en la misma historieta sin que nada quede claro... ¡como la vida misma!

6 comentarios:

Chespiro dijo...

Interesantísima entrada. La verdad es que este recurso ya fue utilizado en literatura por los existencialistas nórdicos. Así, en España es representativa la aportación de Unamuno, especialmente en su obra Niebla, con su mítico enfrentamiento Personaje-autor.
De hecho, este referente bibliográfico parece ser el punto de partida de las situaciones análogas de Escobar (que, en mi opinión, es el autor que utiliza este recurso de forma más profunda y madura).
En el caso de Superlópez, siempre me hizo gracia la "pereza" que muestra el personaje a la hora de "arrancar" la acción en muchas ocasiones.

maginelmago dijo...

Agotador. Insuperable... Sin pereza para poner ilustraciones... con pies de foto que parecen muy de libro... bien fundamentado, bien escrito. En fin, odioso...

¿Escobar sería "tipo B"?
¿Qué es el "C.A.H."? (creo que esto lo hemos discutido, igual es más de foro que de blog).

Kaximpo dijo...

Lo de los existencialistas nórdicos me supera... sólo quería recopilar algunas viñetas de "enfrentamiento personaje-autor" como bien dices, Chespiro.

Esa era la intención, magin: agotar para que me dé tiempo a ir y volver de vacaciones. Me encanta que me odien. Habría sido peor que lo calificaras de "gafapasta". Por las historietas que recuerdo, sería tipo "B". No me acuerdo de ningún caso en que Zipi y Zape se salten viñetas o cosas por el estilo. Parece que Escobar era bastante tirano con ellos. :P

Creo que el C.A.H. era "Club de Amigos de la Historieta" o algo así.

La_EsPeCtAdOrA dijo...

mio dio! es el post mas largo de mi vida
jijijiji..

Kaximpo dijo...

Bueno, había pensado hacerlo por entregas pero así cada uno distribuye la lectura según le convenga.

13 dijo...

Gran recopilación y análisis de algo que bien hecho transcurre de la forma más natural. En Zipi Zapa siempre me quedó un poco forzado, en ese sentido Jan fue mucho más hábil, o eso creo.

Aún así me gustaría mencionar un cómic superheroico norteamericano, el Animal Man de Grant Morrison, un hito en un cómic de ese género derruir de tal forma esa cuarta pared que separa a cómic y lector. Hay un plano memorable en el que el protagonista se da la vuelta y su mirada se fija en la del lector descubriendo la gran farsa que es su vida.

Un saludo.